...Cuando la tensión sube... sube su intensidad a niveles muy altos, y estamos literalmente colgados de un cable de alta tensión, estamos jugando tontamente con nuestra salud, ... esta semana vimos como estas circunstancias ponen en peligro nuestra frecuencia cardiaca, al manejar niveles de estrés intoxicantes, que agreden fuertemente el cuerpo.
...También vimos que lo peligroso es que, estas intolerancias con las que vivimos, las consideramos como arranques fugases y cometemos el error de no atenderlas profesionalmente y nos vamos convirtiendo de poquito en poquito en neuróticos en potencia ...Cuando podríamos erradicarlos con alguna terapia, lo que pasa es que desarrollamos una predisposición a tener conflictos y estárnosla pasando muy mal.
...Aprendimos esta semana también, que el recurso inteligente es la paciencia y que, podemos desarrollarla a través de la respiración profunda, porque nos libera del estrés y de las ideas caducas, que nos están comprimiendo, ... al entrar en nosotros a través de la respiración, retomamos el ritmo natural de nuestro cuerpo, que como dijimos es único, y nos reinstala en nuestra propia frecuencia, proviéndonos de placer...
...También vimos que el placer es la manifestación física de la alegría, que tendemos a inhibirla con la tensión con la que vivimos, lo ideal es aprender a masticar las situaciones y no que las situaciones nos mastiquen a nosotros, ser paciente es ser compasivo con nosotros y por ende con los demás.
...Así que la próxima vez que veamos que alguien grita, estalla, hace drama, llora, chantajea y se torna agresiva, insultando a todo lo que da... tomemos en cuenta que es una persona que está siendo masticada por una situación, ¡pobrecitas personas!... mordida tras mordida, están siendo trituradas, viven dentro de las muelas de esa situación, que es un animal rabioso del que no van a poder salir, hasta que dejen de tomarse las cosas tan enserio, ¡aprendan a respirar profundo!.
...Hay que hacer una observación con respecto a la paciencia; para que no nos pase como a la niña del cuento... que hizo el pastel de acuerdo a la receta que le dio su abuelita, y que puso mucha atención en hacerlo con paciencia, porque si abría y cerraba seguido la puertas del horno, el pastel nunca iba a inflarse y nunca iba a tener la forma y el sabor ideal, así que espero paciente... muy paciente... ¡exageradamente paciente! y el pastel se le quemó.
... Entonces no hay que confundir la paciencia con quedarse dormido, hay que oler la situación y saber actuar a tiempo.
*-.*.-* NAMASTÉ *-.*.-*
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